Los últimos deseos, pensamientos y preocupaciones de
más de 230.000 soldados que murieron en el frente durante la I
Guerra Mundial estarán disponibles en internet.
Los soldados guardaban los testamentos escritos a mano
en sus agendas de bolsillo, que metían en sus uniformes.
Ahora, los documentos originales en papel que
sobrevivieron desde entonces están preservados en 1.300 cajas dentro
de un almacén con temperatura controlada gestionado por la compañía
de datos Iron Mountain, en Birmingham, Reino Unido.
Los testamentos, propiedad del Servicio de Tribunales
de Su Majestad (HMCTS, por sus siglas en inglés), están siendo
digitalizados y estarán listos para el centenario de la Guerra, que
se cumple el año que viene.
El enorme archivo en línea forma parte, además, de un
proyecto más amplio para poner a disposición del público los
testamentos de todas las guerras, desde la Guerra de los Boers al
conflicto de las islas Falkland/Malvinas.
La BBC tuvo acceso al primer paquete disponible en
internet, que incluye los documentos de un antiguo jugador de fútbol
profesional y el abuelo del músico de rock Mick Fleetwood.
Harry Lewis-Lincoln
El soldado Harry Lewis-Lincoln murió mientras combatía
con su regimiento en Hill 60 cerca de Ypres, en Bélgica, el 5 de
mayo de 1915.
El libro de bolsillo que contenía su testamento
también incluía una carta que, al igual que en muchos otros casos,
iba dirigida a la mujer que se cree era su amor en Reino Unido.
La carta explica: "El viernes por la mañana nos
vamos por la costa directamente a Bélgica, se supone que no te puedo
contar esto".
El historiador de asuntos militares Jon Cooksey cree que la carta nunca fue enviada porque se hubiera concebido como material sensible.
"Si los alemanes se hubieran apoderado de dicha
información, habría sido desastroso porque siempre querían saber
dónde estaban las unidades y los movimientos de las tropas",
señala.
"También refleja cómo algunos soldados esperaban una guerra 'larga y dura', un detalle del que nunca se habría hablado en el ámbito doméstico para no mermar la moral".
La carta también hace mención a un chico que se cree
era el hijo de Lewis-Lincoln.
Joseph Dichburn
Mientras algunos soldados expresan sus pensamientos e
inquietudes a sus seres queridos, el soldado Joseph Ditchburn parece
más preocupado por asuntos más mundanos.
Su testamento tiene una carta de acompañamiento en la
que se explica que dejó toda su ropa y su bicicleta a su madre, a la
que cita como Sra. Moralee.
La carta, escrita en papel con membrete, indica la
dirección de un taller de reparación de bicicletas en Lichfield,
Staffordshire –junto con estrictas instrucciones.
Se lee: "Es una máquina muy buena y vale mucho
dinero y he pagado por su reparación; si hay algo extra que pagar,
hazlo".
El soldado Ditchburn recibió un disparo en el abdomen
mientras luchaba contra tropas alemanas en la Infantería Ligera de
Durham en Armentieres, en la frontera franco-belga, el 13 de octubre
de 1914.
El historiador Jon Cooksey dice que el testamento
refleja que el soldado era un "personaje colorido".
"Su informe médico muestra que tenía tatuajes
por los brazos y su cuerpo", añade.
"Tuvo varias advertencias y reprimendas a lo largo
de su carrera; entre otras cosas, por haberle dicho una falsedad a un
sargento, y por hablar de manera inadecuada a un oficial de alto
rango.
"Siempre tenemos la imagen de los soldados como
miembros ejemplares de la sociedad, pero algunos de ellos podían ser
también travieso".
Albert Victor Butler
El cabo Albert Victor (Ben) Butler era un jugador de
fútbol profesional de los equipos Reading y Queens Park Rangers.
El Batallón 17 del regimiento de Middlesex, en el que
sirvió, también se conocía como el Primer Batallón de los
Futbolistas.
Pero incluso si hubiera sobrevivido a la guerra, el
soldado nunca hubiera podido volver a jugar al fútbol de forma
profesional; su pierna derecha fue segada durante un bombardeo en las
trincheras de Cite Calonne el 3 de mayo de 1916.
Murió por las heridas en un hospital militar 10 días
después.
Jon Cooksey dice que sus últimos días están
documentados en un informe escrito por el capellán militar,
Reverendo Samuel Green.
"El escrito es emotivo y finaliza con las
palabras: 'Ha jugado. No dudo que ha ganado. Un colega estupendo,
descanse en paz'".
Las
cartas acercan a los familiares con sus seres perdidos en la guerra.
En su testamento le deja "todas mis propiedades y
bienes" a su esposa Kate Butler.
Cooksey asegura que los testamentos eran documentos
esenciales para que los descendientes se hagan una idea de lo que era
la vida en aquel entonces.
"Los testamentos nos dan piezas reales de
información que rellenan los huecos que hay en el historial de
servicio de un hombre, porque no se trata sólo del aspecto militar,
sino de su rol en la sociedad y el entorno del que procedían.
"Estos hombres estaban dejando atrás sus
familias, eran parte del tejido de su comunidad.
"Sus muertes fueron sentidas por comunidades
enteras, no sólo por sus seres queridos, y en este caso, por los
seguidores de un club de fútbol".
John Henry Fleetwood
El soldado John Fleetwood era el abuelo del músico
Mick Fleetwood, el fundador de la banda de rock británica Fleetwood
Mac.
Fabricante de calderas, se enroló en el regimiento de
York y Lancaster (6º Batallón).
El soldado Fleetwood sirvió en Galípoli, Turquía,
pero fue retirado enfermo con una grave disentería y trasladado a un
hospital en Pieta, Malta, donde murió el 30 de diciembre de 1915.
Está enterrado en la isla.
Jon Cooksey dice: "Es sorprendente que un nombre
grande y famoso esté ligado a otras 250.000 familias en esta
colección a través de un hombre que cumplió con su deber y murió
por el Imperio".
Y cree que el hecho de que los documentos fueran
escritos a mano lo hace más emotivo.
"Si se observa la escritura a mano, está hecha en
un estilo de letra bonito, y hay que recordar que era el primer
ejército real que Reino Unido formó con tropas alfabetizadas y
educadas", subraya.
"El hecho de que los documentos aparezcan en la
propia escritura de los hombres le ofrece a sus familiares un lazo
tangible con ellos y lo que sentían en ese momento".
John Apthorpe, de la empresa Iron Mountain, dice: "El
archivo no es sólo una valiosa fuente de información para
historiadores; le da al público en general, aquí y en el exterior,
la oportunidad de acercarse a sus ancestros perdidos.
"Hasta ahora hemos encontrado los testamentos de
hombres condecorados con la Cruz Victoria, antiguos futbolistas y
parientes de famosos, y esto es sólo una fracción de las historias
que tenemos por descubrir".
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